Al timbre, corona real cerrada de oro y pedrería, con ocho florones, visibles cinco. Asimismo, Herrera se ganó el apodo de «sargento de hierro» debido a decisiones como prescindir de Vicedo, que llevaba ocho goles en catorce encuentros, por regresar a las seis de la mañana y en «mal estado» al hotel en el que se concentraba el equipo. Sin embargo, esto no quiere decir que siempre sea verdad.