Arthur Kinnaird, una de las primeras estrellas del deporte, era conocido por sus largos pantalones blancos. Dos eran las principales características de esta camiseta legendaria: Una, las grandes estrellas (otra referencia a la bandera estadounidense) que la salpicaban. La camiseta, que a muchos os puede parecer hortera (ya en su día lo parecía), tuvo un éxito brutal, no sólo entre los estadounidenses, sino entre aficionados de todo el mundo. La otra, quizá para mí la más llamativa, era que el fondo (azul, aunque según la luz podía parecer gris) simulaba la tela denim, la de los vaqueros, vamos, en homenaje a una de las prendas de ropa más icónicas de los Estados Unidos, que fue exportada por todo el mundo.